En el marco del compromiso de desarrollar métodos y materiales de construcción sostenibles con el medioambiente, nacieron los materiales geosintéticos, muchas veces llamados simplemente llamados como geosintéticos.
De todo el grupo de materiales que lo componen, hoy nos detendremos a hablar sobre las geoceldas y los escenarios de construcción propicios para su utilización.
¿Qué son las geoceldas?
Las geoceldas son básicamente un sistema de estabilización que resulta de una estructura semirrígida tridimensional semejante a los patrones hexagonales de un panal de abejas, esta tecnología mecánica es conocida como geometría celular.
Cuando las celdas (también llamadas células) se rellenan con concreto, arena, grava o tierra compactada, estabilizan la superficie, reduciendo así la erosión. Las paredes de estas células se tensan al aplicar presión al suelo de geoceldas rellenas, dando a la superficie mayor rigidez.
Se dice que las geoceldas son semirrígidas debido a su peso liviano, sus características de flexibilidad y su capacidad de expansión, tanto a lo alto como a lo ancho. Pero dependiendo del uso, pueden ser completamente rígidas y sus paredes pueden ser optimizadas para permitir o no el drenaje de agua.
Además, el sistema de confinamiento geocelular asegura durabilidad gracias a la fuerza de su aleación polimérica y su tratamiento con ultrasonido. Todo esto no solo lo vuelve una opción sostenible, sino que también optimiza el rendimiento y la durabilidad de las obras.
¿Cuándo utilizar las Geoceldas?
Dicho esto, las geoceldas han sido diseñadas para suelos que necesitan máxima reducción de desgaste. Uno de sus usos más conocidos es la estabilización de superficies de paso vehicular, sobre todo en vías de carga; pero actualmente sus usos van allá:
Estabilización de superficies transitables
En muchos terrenos, las capas de suelo superiores suelen ser superficies de poca capacidad portante. Aplicar una geocelda ayuda a minimizar la cantidad de materiales que se necesitan para estabilizar un suelo de estas características.
La grava, arena y demás materiales de relleno son livianos y la aplicación de cargas directamente encima de los mismos acabará por empujarlos y desplazarlos. Las membranas de las células permiten una repartición de las fuerzas aplicadas, alargando la vida de la superficie y reduciendo costos de mantenimiento. En este caso, las geoceldas de Neoloy® son las más recomendadas debido a su rigidez.
La mayoría de las empresas de asfaltado aplican geoceldas al suelo como parte de su metodología de trabajo. Sobre todo si las están pensadas para vehículos de carga o incluso vías de trenes. Superficies peatonales muy transitadas lo requieren igualmente y vías públicas de granza están aplicando geoceldas para lograr mayor estabilidad en el terreno.
Inclusive, muchas pistas deportivas evitan la utilización de tuberías, por lo que antes de la pista existe una capa de geocelda que optimiza el drenaje sin afectar el sustrato y abaratando costos.
Protección de taludes
La función principal de los taludes es la escorrentía de agua. La aplicación de geoceldas en terrenos con taludes permite su retención total o la desaceleración de la caída de agua.
Dado que la formación de surcos en la superficie es la principal causa de la erosión y geocelda no permite la acumulación de agua en la superficie, los taludes se ven protegidos por la geometría celular.
Sin embargo, no todos los taludes buscan la escorrentía. Por ejemplo, los embalses artificiales buscan mantener el agua en su lugar. Para ello pueden aplicarse directamente en el suelo y recubriese con una geomembrana de la más baja permeabilidad y así minimizar la erosión del suelo acuífero.
Contención de terrenos inclinados
La acción de la geocelda también aplica en terrenos inclinados, en los que la fuerza aplicada corresponde sobre todo a la gravedad. En las tierras de siembra inclinadas, las geoceldas ayudan a mantener la tierra vegetal en su lugar.
Además, su diseño agujereado permite el enraizamiento y, según se quiera, pueden posicionarse para optimizar o no el recorrido de agua. De hecho, esta tecnología es recomendada por el Gobierno de España en la lucha contra la desertificación, especialmente en terrenos inclinados.
Encauzamientos y canales
Las escolleras y los gaviones suelen utilizarse como un tratamiento contra la erosión a los márgenes de canales. Sin embargo, ahora mismo es mismo es más común utilizar geoceldas superpuestas de manera vertical, formando paredes sustitutas de las figuras mencionadas anteriormente.
Esto se debe a que abaratan costos de transporte de materiales y permiten soluciones más versátiles. Por ejemplo, la característica de flexibilidad de ciertas geoceldas puede ser útil al dar moldeabilidad a materiales rígidos como el hormigón. Además son preferidas para soluciones sostenibles ya que no solo sus materiales resultan amigables con el ambiente, sino que también permiten la siembra.
Como parte de la familia de los geosintéticos, las geoceldas tienen muchas aplicaciones. Estos son sus usos más comunes actualmente, pero básicamente cualquier terreno que requiera contención y estabilización puede encontrar en ellas una solución perfecta.